David del Valle David del Valle

¿Qué es la consciencia?

La conciencia es subjetiva y difícil de definir. Me encanta ver y entender a la conciencia como el núcleo esencial del ser humano, aquello que trasciende el ego y el pensamiento racional. Por más que intentemos definirla o etiquetarla, la consciencia simplemente es. 

La conciencia es, para cada uno de nosotros, todo lo que existe: el mundo, el yo, todo. Pero la conciencia también es subjetiva y difícil de definir. Me encanta ver y entender a la conciencia como el núcleo esencial del ser humano, aquello que trasciende el ego y el pensamiento racional. Por más que intentemos definirla o etiquetarla, la consciencia simplemente es. 

La consciencia, vista desde una perspectiva mística, trasciende las definiciones convencionales, va más allá de ser la capacidad que tenemos los humanos de reconocernos a nosotros mismos, a la realidad, a nuestros pensamientos y se adentra en el terreno de lo profundo y lo inefable. En este enfoque, la consciencia no es simplemente un producto de la actividad cerebral, sino la esencia misma del universo, una fuerza omnipresente que impregna toda la existencia. Es un aspecto de nuestro ser que cultivamos y refinamos a lo largo de múltiples encarnaciones, en un viaje que se extiende más allá de los límites de una sola vida.

Esta visión sugiere que nuestra consciencia individual es, en realidad, una expresión de una consciencia cósmica más amplia, una mente universal de la que todos formamos parte. Se la considera la realidad subyacente de la que emerge toda experiencia y materia, el telón de fondo invisible sobre el cual se proyecta el teatro de la vida.

Desde esta perspectiva, la consciencia se convierte en un vehículo de trascendencia, un medio para superar las limitaciones de nuestro ego y conectar con realidades superiores. Se la ve como un campo de potencialidad infinita, donde todas las posibilidades existen en forma latente, esperando manifestarse.

En muchas tradiciones místicas, la consciencia se entiende como una realidad no dual, donde las distinciones entre sujeto y objeto, observador y observado, se disuelven. Esta unidad fundamental se considera la clave para alcanzar estados de iluminación y despertar espiritual.

Más allá de las restricciones del tiempo y el espacio, la consciencia se percibe como existente en un "eterno ahora", trascendiendo nuestras nociones lineales de pasado, presente y futuro. Algunos la describen como el medio por el cual lo divino o el universo se conoce a sí mismo, una forma de autocontemplación cósmica.

Esta perspectiva mística ve la consciencia como la fuerza creativa primordial, la fuente de toda la realidad manifestada. Invita a una exploración profunda del ser y de la naturaleza de la realidad, sugiriendo que al expandir nuestra consciencia, podemos acceder a niveles más profundos de comprensión, conexión y realización.

En última instancia, esta visión de la consciencia nos desafía a mirar más allá de nuestras percepciones ordinarias y las limitaciones de nuestro ego, prometiendo una conexión más profunda con el universo y con nosotros mismos. Nos invita a embarcarnos en un viaje de autodescubrimiento que puede llevarnos a experimentar la unidad fundamental de toda la existencia.

Leer más